El Castillo

La primera noticia que tenemos del castillo de Rueda de Jalón nos la da el historiador musulmán al-Nuwari que nos cuenta que Abd al-wahid al-Rutí, señor de Rueda, fue capturado y encerrado en el castillo durante la campaña de castigo del emir Muhammad I de 882. Ya en el siglo X, en la aceifa de 934, el califa Abd al- Rahman III también paso a Rueda gobernada por Yahya ibn hasim, hermano del señor rebelde de Zaragoza, y por la fuerza se apodero de la plaza. Un año después, el califa envió al general Durri que se instaló en Rueda para mantener controlada la fortaleza hasta que acabara la campaña de escarmiento.

En el año 1038, Abd Allah ibn Hakam, después de asesinar al primer rey de la taifa de Zaragoza, Mundir I, escapó furtivo del alcázar de Zaragoza llevándose sus tesoros y se refugió en el castillo de Rueda. Allí guardó como rehenes a dos hermanos del rey asesinado, a su visir abu I-Mugira ibn Hazim, y a otros cortesanos. La taifa de Zaragoza fue unos años después dividida en varias provincias y Al-Muqtadir, que se había quedado al mando de Zaragoza, logró incorporar a su dominio Lérida (1081) y encerró al rey Al-Muzaffar en el castillo de Rueda.

Estando prisionero Al-Muzaffar en Rueda ocurrió un hecho histórico muy importante, el cual se relata a continuación:

Algún día de Diciembre de 1082 Alfonso VI recibió una suplica para el apoyo del Castellán Musulmán, Aben Falaz (alcaide del castillo) de Rueda de Jalón. Este Alcaide había sido el carcelero de Al-Muzaffar, y aprovechando que el rey de Zaragoza Abu Ya´far Ahmad Al- Muqtadir había muerto se alía con el prisionero Al-Muzaffar para ir contra los hijos del rey muerto. Pero a lo que llega Alfonso VI a las cercanías del castillo de Rueda de Jalón, la situación había cambiado totalmente ya que Al-Muzaffar había muerto, y el alcaide volvió a cambiar de bando poniéndose de nuevo del lado de su rey Yusuf Al-Mu´tamin, y para consolidar su posición pone una trampa al rey Alfonso VI.

El monarca Leones fue invitado a entrar en el castillo de Rueda y recibir su rendición, pero él escogió enviar al infante Ramiro de Navarra y a su primo Gonzalo Salvadores. Así de este modo estos caballeros y su escolta fueron muertos cuando entraron en el castillo de Rueda de Jalón. La matanza fue el 6 de Enero de 1083. (este hecho fue conocido como la traición de Rueda en las crónicas de Castilla). El Cid (Rodrigo Díaz de Vivar) al enterarse de la matanza vino a los alrededores de Rueda donde estaba acampado Alfonso VI, el monarca Leones lejos de reconciliarse con este, opto por marcharse y el Cid continuo al servicio de Yusuf Al-Mu´tamin.

En el año 1110 los Banu Hud residían en el castillo de Rueda, a 35 Km de Zaragoza, ya que residir en la ciudad podía resultarles menos seguro. Desde Rueda el rey Al-Mustain fue a su capital para hacer renovar el juramento de fidelidad a sus súbditos sobre su hijo Imad al-Dawla nombrado heredero. Poco después, Zaragoza fue tomada por los almorávides pero Imad al-Dawla no renunció a ella y desde Rueda hostigaba a los invasores, apoyado por el monarca aragonés Alfonso I que era consciente de cuanto Podía beneficiarse del enfrentamiento entre andalusíes y africanos. En una de estas refriegas, los almorávides atacaron por Calatayud y en campaña dirigida por Ali ibn Kunfat cercaron el castillo de Imad al-Dawla que envió allí un destacamento cristiano. Por la noche, salieron contra los sitiadores de improviso y desbarataron su campamento, apresando a Ali ibn Kunfat que quedo encerrado en el castillo de Rueda hasta que tras una tregua logró su libertad. También intentó tomar Rueda el gobernador almorávide de Zaragoza Abu Bakr ibn Tafusin, apodado Tifihwit, pero al final pactó con Imad al-Dawla. Muerto este último, le sucedió Ahmad Sayf al-Dawla (más conocido como Zafadola) que fue rey de Rueda desde el año 1130. Un año después comenzo a prestar vasallaje a Alfonso VII de castilla y en el año 1134 supeditado todo su poder a los reyes cristianos y a los almorávides, entregó el castillo al rey castellano a cambio de unas alquerías y tierras en Toledo.

Los primeros años de dominio cristiano en Rueda el castillo debió estar en manos de los reyes castellanos y hasta 1157 no conoceremos al primer tenente aragonés: Ato de Oreja. Le sucedieron a lo largo del S. XII: Orti Ortiz (1160). Pedro de Ortiz (1165) y Fortún de Sotiu (1178). En la siguiente centuria son escasas las noticias de tenentes y sólo conocemos la tenencia de García Pérez de Aguilar (1227).

En 1287 Alfonso III entregaba el castillo de Rueda a Pedro Martínez de Luna para que lo ocupara mientras viviera. Sin embargo, al año siguiente, debido a las concesiones del rey con los unionistas, el castillo fue entregado a Ramón Bernaldo. En 1291 el castillo era de Lope Ferrech de Luna aunque 4 años más tarde la población era del rey Jaime II. Ya a comienzos del S. XIV la posesión del lugar y el castillo se invirtió y la fortaleza era del rey mientras que el castillo tenía como alcaide a Martín López de Roda, por un precio de 1500 sueldos. Posteriormente, pasó a manos de Juan Garcés de Alagón y en los primeros años de la guerra de los Dos Pedros (1356-1369) el alcaide era Pedro García de Lizán, durante la invasión castellana de 1362 el castillo fue defendido heroicamente por Pedro García de Lizán y diez caballeros más. Se invirtieron entonces importantes sumas de dinero para la reparación de la fortaleza aunque no sabemos si finalmente fue tomada por los castellanos o no. En 1366 Pedro IV de Aragón concedió a Francisco de Perelló el vizcondado de Rueda, en feudo de honor. No obstante, en 1380 se ordenó al vizconde de Rueda que entregara la potestad de los castillos de Rueda y Épila aunque en 1391 Juan I vendía Rueda a Ramón Perelló. Éste último vendió a su vez Rueda a López Ximénez de Urrea en 1393 y desde entonces hasta el S. XVIII perteneció a los Ximénez de Urrea, condes de Aranda desde 1488. A mediados de S. XIX el castillo fue vendido a un particular y desde entonces ha pasado por las manos de varios particulares hasta la actualidad.

Actualmente es propiedad particular pero se pueden visitar sus restos. Se están preparando rutas señalizadas por sus alrededores con estupendas vistas.

Los Agujeros

Son otras cuevas en el alto que traspasan la montaña y que servían de vigilancia de todo el valle en tiempo de los árabes.

Las Hermanicas

Las torres Las Hermanicas se encuentran sobre sendos cerros desde los que dominan el castillo de Rueda de Jalón y la localidad del mismo nombre, en la comarca de Valdejalón de la provincia Zaragoza.

Fueron construidas en el siglo XIV sobre el recinto fortificado de Rueda, cuando éste fue objeto de importantes reformas y ampliaciones.

Desde su posición, prácticamente inexpugnable, se divisaba o controlaba visualmente un extenso territorio desde la vega del Jalón hasta su unión en con el Ebro, y el camino natural de Zaragoza.

Se trata de dos torres vigías asociadas al castillo de Rueda, situadas extramuros de la fortaleza, en la parte más alta del macizo donde se asienta. Están separadas entre sí unos 20 ó 30 metros aproximadamente. Su planta es cuadrada, de unos 5 metros de lado y otros tantos de altura, y están rodeadas por un foso de pequeñas dimensiones.

La Iglesia

Se sitúa en la calle transversal; enfrente de la fachada se ha formado un pequeño ensanchamiento a modo de plaza inclinada. El edificio queda entre las casas, una de las cuales, del siglo XVIII, comunica directamente con la iglesia.

Es un edificio del siglo XVI. Tiene una sola nave de dos tramos con cabecera poligonal de cinco paños; este era el edificio primitivo. En el siglo XVII, ya a finales, se abrieron dos capillas de planta cuadrada, una a cada lado del primer tramo de la nave, y una sacristía anexa a la capilla de la derecha que se comunica con la cabecera. En ese mismo momento se edificó el coro de los pies sobre tres arcos, formando así un atrio en la planta baja. Ya en el siglo XX se construyeron otras dependencias en la parte derecha, en donde inicialmente pudo estar la puerta principal y la torre, sobre la capilla de la Virgen del Rosario.